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Relato de un fumador

Cuando fumaba sentía que respiraba. Nadie me entendió en 15 años y no supe como más hacerme entender. Esa sensación tan agradable del humo entrando a mi garganta la repetía 30 veces en el día. Cada hora aproximadamente.

El Padre Juan, un hombre que se ha ganado todo mi respeto

Cuando lo conocí, compartimos la orientación de una cátedra universitaria y tenía fama en aquel momento de ser un profesor exigente y malgeniado, eso sí, muy competente y disciplinado.

Una pepa que devuelve la inocencia y la ingenuidad

En el trabajo que he desarrollado con jóvenes que han estado involucrados en delincuencia, pandillismo y drogas, escucho relatos realmente escalofriantes; de todos, puedo decirles que hay uno que despierta todas mis alertas y temores: ellos usan unas pepas que en cierta dosis no tienen efectos secundarios aparentes y que relajan a las víctimas volviéndolas frágiles e ingenuas, así como es un abuelo cuando tiene alzheimer.

Vulnerabilidad y drogas

En días recientes, una funcionaria de alto rango y encargada directamente de tomar decisiones relacionadas con la farmacodependencia en la ciudad, ante una solicitud de apoyo, me respondió lo siguiente: ¡para qué insiste en eso si esos muchachos siempre van a ser ladrones y drogadictos!

Las drogas, una maravillosa empresa

En la inmersión que tuve en un sector marginado de la ciudad, no vi procesos pensados y liderados por personas de la comunidad, sólo relatos de desempleo, violencia intrafamiliar, situaciones de pobreza absoluta, prostitución, sicariato y delincuencia, deserción escolar, analfabetismo, todos y cada uno de ellos conectado con los demás y eso sí, permeado por las drogas.

Las drogas, una búsqueda de algo que no se sabe qué es.

En un bar que frecuento, una noche me dediqué a observar a las personas que estaban bebiendo licor y me causó gracia caer en la cuenta que su comportamiento era semejante al de aquellas que consumen otras drogas. Pareciera que en las más de las veces, quien bebe licor o consume otras drogas, sean personas solas, parejas o grupos, lo hiciera por pasar un rato agradable y experimentar sensaciones placenteras.

Mis vecinos son marihuaneros

“Los hechos son siempre vacíos, son recipientes que tomarán
la forma del sentimiento que los llene”. J.C. Onetti

Los nuevos vecinos, al lado de mi casa, resultaron ser asiduos fumadores de marihuana. Aunque yo no la fumo, no le veo problema a que otro (a) la fume, porque respeto sus derechos así como espero que él respete los míos; sin embargo, comenzaron a suceder cosas que complicaron la situación de repente.